Recomendaciones mundiales de la Organización Mundial de la Salud sobre la actividad física para la salud
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Sabemos que la actividad física es buena para nuestra salud. De hecho, se han elaborado directrices específicas para orientar nuestra actividad, la frecuencia y el tipo de actividad que realizamos. Esto difiere en función de la edad: se recomiendan 60 minutos diarios de actividad física moderada o vigorosa para niños y adolescentes.
Pero la mayoría de los adolescentes no cumplen estas recomendaciones. Un estudio de adolescentes europeos reveló que sólo el 13% cumplía las directrices, mientras que los estudios irlandeses han informado de un descenso del 12% al 10% en los últimos 12 años.
Las directrices sobre la actividad física se diseñaron principalmente para optimizar nuestra salud física, aunque hay muchas investigaciones que sugieren que también puede beneficiar mucho a nuestra salud mental. Los adolescentes que son físicamente activos de forma constante también demuestran una mayor autoestima y un mejor funcionamiento cognitivo, con las pruebas más sólidas sobre la reducción de los síntomas de ansiedad y depresión.
Actualmente no existen directrices específicas sobre la actividad física para una salud mental óptima. Sin embargo, cada vez son más las publicaciones que ofrecen una imagen mucho más clara de la cantidad de actividad necesaria, el tipo de actividad que puede ser mejor y, lo que es más importante, el contexto en el que se realiza la actividad física.
Directrices de la OMS sobre actividad física y comportamiento sedentario
Anime a los adolescentes a intentar realizar al menos 60 minutos de actividad física de intensidad moderada a vigorosa cada día. Tres días a la semana pueden incluir ejercicios que fortalezcan los músculos y los huesos, como abdominales, estocadas y sentadillas.
A los adolescentes y preadolescentes se les recomienda no tener más de dos horas de pantalla al día, a menos que sea con fines educativos. Es importante que estos periodos de tiempo sentado durante el tiempo de pantalla se interrumpan tan a menudo como sea posible poniéndose de pie y estirándose, o incluso dando un pequeño paseo.
Aunque los adolescentes y preadolescentes suelen ser activos en el colegio en las clases de educación física y deporte, es importante que sigan haciéndolo en casa. Puedes animar a tus hijos a probar diferentes deportes para encontrar actividades que les gusten.
Ayúdales a incorporar la actividad física a su vida diaria empezando poco a poco, hasta llegar a una hora al día. Esto permite que se convierta en un hábito y en algo que pueden hacer los fines de semana y en las vacaciones cuando no están en el colegio.
Dormir bien y sin interrupciones también es crucial para los adolescentes y preadolescentes durante un ciclo de 24 horas, ya que influye en su capacidad para ser más activos físicamente durante el día. Se recomienda que los jóvenes de 14 a 17 años duerman de 8 a 10 horas por noche y que se levanten y se acuesten a la misma hora.
¿Por qué es importante la actividad física?
Cuando las niñas entran en la adolescencia, tienden a dejar de realizar tanta actividad física como en la última etapa de la infancia (Beech et al., 2003; Kimm et al., 2002). A partir de los 10 años de edad (Aaron et al., 1993; Heath et al., 1994), las niñas comienzan a ser más sedentarias, y sus niveles de actividad disminuyen hasta en un 83% a medida que pasan a la adolescencia (Kimm et al., 2002; Wolf et al., 1993). A pesar de que la actividad física ha recibido más atención en los últimos años debido a la epidemia de obesidad, a los 18 y 19 años la mayoría de las chicas no realizan prácticamente ninguna actividad física, excepto la clase de gimnasia en la escuela (Kimm et al., 2002).
Uno de ellos es la mayor rigidez de los roles de género en la adolescencia. A medida que los niños se convierten en adolescentes, sus percepciones de los roles de género y del comportamiento apropiado para cada género se vuelven más rígidas (Liben y Bigler, 2002). Es más probable que las adolescentes vean el deporte como una actividad “masculina” que cuando eran más jóvenes. A pesar de las crecientes tendencias en nuestra cultura hacia la celebración de las mujeres y las niñas en los deportes, todavía existe un fuerte estereotipo generalizado de que los deportes no son “femeninos”. Por ejemplo, Caroline Pla, una niña de 11 años de Pennsylvania, ha acaparado recientemente la atención nacional por haber sido expulsada de su equipo de fútbol juvenil después de que los responsables del equipo le dijeran que “el fútbol está destinado a los chicos”. A pesar de que Estados Unidos envió más atletas femeninas que masculinos a los Juegos Olímpicos de verano de 2012, los chicos adolescentes siguen teniendo una probabilidad significativamente mayor que las chicas adolescentes de practicar un deporte (Terzian y Moore, 2009).
Actividad física de moderada a intensa
Beneficios de la actividad físicaLa actividad física regular puede ayudar a los niños y adolescentes a mejorar su capacidad cardiorrespiratoria, a fortalecer los huesos y los músculos, a controlar el peso, a reducir los síntomas de ansiedad y depresión y a reducir el riesgo de desarrollar enfermedades como:1
Estas directrices establecen que los niños y adolescentes deben tener la oportunidad y el estímulo de participar en actividades físicas que sean apropiadas para su edad, que sean agradables y que ofrezcan variedad.3
La recomendación nacional para las escuelas es tener un enfoque integral para abordar la educación física y la actividad física en las escuelas.10-12 Este enfoque se llama Programas Integrales de Actividad Física Escolar.13